El mundo de las fragancias es un mundo fascinante que transmite historias y provoca emociones. Desde la frescura de un cítrico, hasta la calidez de la vainilla, las fragancias juegan un rol muy importante en nuestras vidas porque las encontramos en todos lados. No todas las fragancias se crean de la misma manera y por eso, entender la diferencia entre fragancias sintéticas y naturales es crucial. Aquí es donde entra la certificación ISO 9235, un estándar que habla sobre la composición de los ingredientes aromáticos de una fragancia.
ISO 9235 es una norma internacional que define términos relacionados con la calidad y pureza de las materias primas aromáticas naturales. Bajo esta clasificación, también es posible encontrar a los aceites esenciales que se extraen de plantas, flores, frutas y especias. Cuando decimos que una fragancia tiene esta certificación, quiere decir que los ingredientes que componen los aromas en esa fragancia son de origen natural.
A diferencia de las fragancias naturales, las fragancias sintéticas se elaboran en laboratorios utilizando una combinación de compuestos químicos. Con las fragancias sintéticas es posible replicar una amplia gama de aromas, desde florales hasta almizcles y en realidad cualquier aroma que te puedas imaginar (palomitas, cheerios, auto nuevo, etc.). El uso de ingredientes sintéticos permite una mayor consistencia en la producción de fragancias y también resulta más rentable.
Entonces qué es mejor ¿fragancias sintéticas o naturales?
La decisión depende completamente del consumidor. Algunos valoran la autenticidad y conexión con la naturaleza que ofrecen las fragancias naturales y otros aprecian la versatilidad y los bajos costos de productos elaborados con fragancias sintéticas. Al final del día, ISO 9235 se convierte en una herramienta para poder tomar decisiones informadas basándose en el origen e ingredientes de las fragancias.
¿Quieres saber por qué nosotras elegimos fragancias con certificación ISO 9235 en la mayoría de nuestras velas? Te invito a leer nuestro blog:
Iluminando la diferencia: por qué las velas con fragancias ISO 9235 “brillan más”